Paréntesis tras la quinta pregunta

Hemos dialogado aquí sobre cuestiones que se refieren al conocimiento de uno mismo. Hemos coincidido en que uno ha de conocerse así mismo para conseguir la felicidad, y que lo exterior (como barrera de la felicidad) a uno mismo al ser filtrado por nosotros también depende de uno mismo. También hemos llegado a la conclusión de que nuestras mentes están llenas de residuos, de moralidades, de miedos, de conflictos heredados de lo exterior. Lo que quiere decir que estamos contaminados en parte y además, esto nos influye a la hora de decidir, pensar y de ser. De hecho si hacen la prueba, intenten dejar quieta la mente, y verán claramente esa contaminación en forma de pensamientos que invaden nuestra serenidad.

Y al estar contaminados o altamente influidos por lo exterior, no podemos ver la realidad de una forma natural, limpia o libre sino que la etiquetamos rápidamente y la abstraemos hacia nosotros. Y esa realidad que abstraemos (subjetiva) que cada uno percibe de diferente forma, esta basada en la realidad objetiva que es lo que todos pueden percibir más o menos de la misma manera. Lo que significa que ambos vemos una puerta, pero tu la ves mas marrón, mas grande, mas dura que yo y tu la asocias con algo extraordinario y esperanzador, y yo la veo ordinaria e irrisoria.

También hemos hablado aquí de las ideas de las etiquetas que se les pone a todo lo que percibimos. Y hemos llegado a la conclusión de que sería mejor mirar las cosas sin etiquetas, pues así veríamos las cosas siempre de manera nueva y además nos ayudaría mas a comprender lo que vemos eliminando esa forma rápida de catalogar las cosas y amontonarlas en la memoria.

Creo que hemos hablado aquí de cosas realmente importantes que nos lleven a conocernos a nosotros mismo. Creo profundamente que no son temas a tratar de forma superficial ni como un entretenimiento. Ya que llegar a nuestras verdades a conocernos a nosotros mismo pueden significar cambios profundos en nuestras vidas. Opino que nada ha de ser creído, aprobado o rechazado de primeras. Creo que todo lo que hemos hablado aquí debe de ser comprobado y analizado profundamente, no como una opinión, no como una creencia sino como una verdad propia. Creo que cuando se comprender sinceramente y profundamente cualquier asunto se llega a una verdad de la cual no hay marcha atrás. Y es a donde trato de llegar pues de lo contrarío estas charlas habrán significado un entretenimiento mas que no nos dejar crecer.


Mi pequeña aportación.
No creo en la religión, por que creo que uno ha de encontrarse libre de cualquier organización o cualquier sistema para hallar su dios o su respuesta.

No freo el la fe, por que aunque haya tenido fuertes experiencias espirituales uno debe de ver la luz clara y libre de ideas y creencias. Y entonces saber y no dudar más.

No creo en que haya vida después de la muerte, pues aunque busco la respuesta a esta pregunta a un no he hallado respuesta alguna en la que ver con claridad esa verdad.

Me niego a aceptar o rechazar nada, sin haber comprobado y comprendido antes y llegado a ver con claridad y sinceridad la respuesta y la verdad.

No hablo de cientificismos hablo de llegar a la verdad que hay detrás de cada comprensión hecha por una mismo.

Todo lo que no conozco lo pondo en duda. Y lo que se, lo se.

No hablo de verdades absolutas hablo de verdades individuales y propias.

Y busco incasablemente "mis respuestas" para crecer interiormente y ser más feliz.

Disculpen que me estienda.
un saludo
(Gracias por los cumplidos.)

1 Comentarios:

Blogger Lucía said...

Aprovechando este paréntesis, me parece interesante echar una ojeada a estas teorías:

-Los cínicos (sobre el año 400 a. de C.) explicaban que la felicidad no depende de las cosas externas (como el lujo, la buena salud...), que la verdadera felicidad no se puede perder nunca una vez conseguida. Ni el dolor o la muerte "según ellos" nos debe preocupar, ni siquiera sufrir por los demás.

- Los estoicos (alrededor del 300 a. de C.) decían que nada de lo que ocurre es casualidad, para ellos existe el destino y nos debemos unir al nuestro. Por esta regla, no nos sirve de nada quejarnos y recomendaban tomar las cosas con tranquilidad (incluso las circunstancias felices).

- Los epicúreos (también sobre el 300 a. de C.) para ellos todo giraba en torno al placer (y no solo sensual). Antes de cualquier acción placentera habría que analizar sus efectos secundarios, y también pensar qué compensaba más, si un resultado placentero a corto plazo o uno más duradero, intenso,... Epicuro (el fundador)decía que para ser felices hay que superar el miedo a la muerte "La muerte no nos concierne. Pues, mientras existimos, la muerte no está presente. Y cuando llega la muerte nosotros ya no existimos".


Un abrazo.

7:42 p. m.  

Publicar un comentario

<< Home